Huellas
HUELLAS YEGEN: Mujeres, bordadoras de velos
Salían a la puerta de la calle para compartir vivencias, al fresco.
Durante el día se cosía, se preparaba la comida…
Los hinojos se limpiaban en la puerta de la casa, aunque a lavarlos había que ir a la fuente.
Se desfarfollaba entre vecinas y se creaban tradiciones; cuando salía una panocha colorá, se daban un abrazo los pretendientes.
Si salían granos de distintos colores, se daban un pellizco. Después de desfarfollar, se abrían unos melones o sandías para todas las que habían colaborado en la tarea.
También se asaban y cocían castañas…
Salían a bordar velos, cada una con su tarea…
Era el momento de compartir y disfrutar entre mujeres. Era una actividad exclusiva de las mujeres.
Se repartían las tareas al bordar,
unas eran las perfiladoras y otras las bordadoras.
Los velos los solían traer de Cádiar, las “corsarias”, en la Alsina.
Los “ajuares” también había quien los cosía en la puerta de la calle; No todas, porque la costumbre era presentar el ajuar en la habitación de la novia antes de la boda, incluso el propio vestido de novia.
Hablamos de los años 60.
Se bordaban picos, goyescas y mantillas, dependiendo del uso que se le diera al velo.
El pico para ir a misa, la mantilla para la novia y la madrina, y la goyesca para las celebraciones.
Se pagaban 350 pesetas por el cuadro, o sea, por dos picos; y la goyesca y la mantilla a 1000 pesetas;
la media mantilla, 500 pesetas.
Los motivos que se bordaban eran florales ¡siempre eran flores! A misa no podía entrar la mujer al descubierto, herencia de los moriscos.
Las mujeres con el pico y los hombres sin sombrero.
Se bordaron velos desde los años 50 hasta los 80, momento en el que se empezó a sembrar la habichuela verde que se convirtió en la economía principal de Yegen.
HUELLAS MECINA BOMBARÓN
Lola ‘la tejedora’, Adelina ‘la partera’, Doña Filomena ‘la maestra’, María ‘la de Cádiar’, Sacramento ‘la matancera’, María ‘la de Golco’, Margarita ‘la que blanqueaba’, Esperancica ‘la de los velos’, Dolores ‘la de los teléfonos’, María ‘la zapatera la dulcera’… Mujeres con nombre, apellidos y apodo, que fueron conocidas y especiales en Alpujarra de la Sierra. Mujeres que todavía son recordadas porque dejaron ‘huella’, y que desde ahora están reconocidas en los lavaderos de Mecina Bombarón.
El proyecto ‘Huellas’ de la Diputación de Granada ha hecho posible, con la colaboración del Ayuntamiento de Alpujarra de la Sierra, recuperar la memoria de las mujeres y rendirles homenaje, reivindicar el lugar de las referentes femeninas que han sido sistemáticamente invisibilizadas y silenciadas.
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