José ‘Cigarro’ sigue trabajando en su finca de Mecina Bombarón a pesar de haber nacido en 1926
También este longevo mima y cuida las parras trepadoras del enorme patio de su morada para obtener sombra en verano y fabricar vino casero en su lagar
José Mingorance Peregrina, más conocido en su pueblo de Mecina Bombarón por José ‘Cigarro’, sigue en activo, con las mismas ganas de trabajar en el campo que cuando era joven. A corta edad aprendió estos quehaceres. José ‘Cigarro’ nació en 1926 y va camino de los 94 años. José, pese a tener una avanzada de edad, todos los días acude a su finca, frente a la ermita de las Ánimas Benditas, a labrar la tierra para poder cosechar verduras y hortalizas de temporada para el gasto de la casa y para mantenerse en forma.
También, José ‘Cigarro’ cuida y mima varias parras trepadoras que dan sombra al enorme patio de su casa y producen sobre un millar de racimos de uva de considerable tamaño para comer y para hacer vino en su lagar, porque él no ha dejado de tomarlo cada día con moderación. Cuando José habla lo hace con una entonación ilustrada y pausada. Compartir el tiempo con él es un auténtico lujo. Uno de sus hijos, el entrañable Francisco, trabaja en el Ayuntamiento de Alpujarra de la Sierra, y cuando el tiempo se lo permite se dedica a labrar la tierra porque ama la agricultura tanto como su padre.
José, con la humildad que le caracteriza, desde corta edad aprendió de sus progenitores, José y Concepción, el valor del trabajo. Sus cinco hermanos varones ya no se encuentran en este mundo. Una savia mezcla de vida activa y comida sana mantiene a José ‘Cigarro’ con mucha salud. Su familia le quiere y respeta mucho porque es un hombre muy bueno y muy culto.
Mingorance Peregrina aprendió a leer, escribir y hacer cuentas en la escuela nocturna durante el invierno porque en primavera, verano y otoño tenía que dejar los estudios para poder trabajar en el campo y en su casa durante bastante tiempo ayudando a su recordada madre que se encontraba enferma. En 1945 ingresó en las Fuerzas Armadas para realizar el servicio militar en Málaga. Cuando se licenció volvió a su terruño para trabajar de agricultor y ganadero. José, que se expresa con lucidez, es un alpujarreño que acumula mucha historia a sus espaldas. Es una ‘enciclopedia’ andante.
José Mingorance a la edad de 28 años se casó con María Castillo (fallecida hace unos años) y tuvieron seis hijos (una hija ya ha fallecido) que le han dado muchos nietos y biznietos. José y Maria formaron a sus hijos desde muy chicos en los valores de respeto, trabajo y honestidad. José trabajó en Alemania durante un año y con los ahorros conseguidos pudo construir su casa junto a la carretera. Ha trabajado mucho en La Alpujarra en tareas campesinas, plantando pinos, en la madera y en todo lo que le aportara dinero para poder ayudar a su mujer y criar a su media docena de hijos. Se entregó tanto a sus seres queridos que nunca alimentó otros deseos.
José ‘Cigarro’, como se encuentra bien de salud, todos los días se acerca a su finca situada cerca de la ermitica consagrada a las Ánimas Benditas, para labrar la tierra y criar como antes, patatas, lechugas, coles, ajos, habas, cebollas… para el gasto de la casa y para mantenerse en forma. Cuando descansa y cuando trabaja suele tener un cigarrillo en la boca, a veces apagado.
José Mingorance reconoce que antiguamente «se vivía con menos posibles pero más tranquilamente que ahora. Y para colmo esto del coronaviros que está matando a muchas personas en el mundo. Antes las gentes se ayudaban unas a las otras. Cuando se celebraban las matanzas del cerdo las familias y los vecinos ‘arrimaban el hombro’ para ayudar. Lo mismo pasaba cuando llegaba la hora de trillar en las eras comunales y en las de los cortijos de particulares, a torna peón, para que no mediara el dinero. Todo se hacía como en familia, con mucho cariño y respeto. Recuerdo también cuando se celebraban en las fiestas de Mecina Bombarón las corridas de toros en la plaza que era cerrada con tablas y maderos para que no se escaparan los animales», rememora este anciano.
Según José ‘Cigarro’ <<antes, en Mecina Bombarón, había un cuartel de la Guardia Civil, muchas tabernas, tiendecillas de todo un poco, telares, molinos, un zapatero, carpinteros, herradores, etcétera. Recuerdo que antes de la Guerra Civil española transitaban por mi pueblo muchos carros y reatas de mulos y un conche de Válor, de la familia Martos, que cuando lo divisábamos los chiquillos nos poníamos muy contentos y salíamos a esperarlo en la carretera para correr detrás de él hasta que nos cansábamos y lo dejábamos. También, en aquellos tiempos se acercaba al pueblo gente de Níjar (Almería) con bestias para vender cántaros y vidriados. De la Costa venía gente con bestias cargadas de pescado. Mucos artículos eran cambiados por otros. En otros tiempos en esta zona se producía mucho vino. Yo, pese a mi edad, sigo pisando uva en mi casa para poder beber buen caldo todos los días del año por que me sienta muy bien. Yo, mientras me encuentre sano quiero seguir existiendo. Y cuando me tenga que despedir, porque es ley de vida, quisiera hacerlo de repente y sin sufrimiento para mi y para mi familia >>, terminó diciendo el entrañable y admirable José Mingorance.
Fuente: ideal.es
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