La Alpujarra estará en el XVIII Certamen Gastronómico Madrid Fusión gracias al chef de Mecina Bombarón José Miguel Magín
El jefe de cocina del Restaurante Qübba y Hotel Saray de Granada presentará el ‘Bocado Especial’ denominado ‘De tal palo tal costilla’ para rendir homenaje a su terruño y a su madre, una de las mejores cocineras de la Alpujarra
La comarca de la Alpujarra estará presente en el XVIII Certamen Gastronómico de Madrid Fusión 2020. El prestigioso cocinero alpujarreño de la localidad de Mecina Bombarón, José Miguel Magín, jefe de cocina del Restaurante Qübba y Hotel Saray de Granada representará a la capital de la Alhambra en el Concurso Nacional de Tapas de Diseño. El entrañable y admirable Magín, hijo de recordado Benigno ‘El del bar’ consiguió el primer premio en la quinta edición de ‘Bocados Especiales’.
El ‘Bocado Especial’, denominado ‘De tal palo tal costilla’ es una tapa confitada con mucho sentimiento para Magín que consiste en una costilla adobada y confitada a base de pimientos secos, orégano flor y ajo. La receta es fruto de la madre de Magín (una de las mejores cocineras de la Alpujarra) y está tratada con técnicas más recientes, con una presentación que viene a recordar lo que antiguamente significaba la matanza del cerdo en Mecina Bombarón y en otros lugares, alrededor de la mesa donde no faltaba el jarrillo de vino del terreno y las patatas aliñadas, entre otras cosas.
Hasta hace unos lustros en Mecina Bombarón y en otras zonas de la Alpujarra la mayoría de los vecinos cebaban uno o varios cerdos para el gasto de la casa. Los marranos, también llamados chiros, eran alimentados con sobras de comida, castañas, papas cocidas con sémola y otros productos del campo. Muchos animales eran pastoreados por zonas rurales. Las cuadras estaban provistas de pilas de piedra para el agua y la comida. En Navidad se procedía, principalmente, a la matanza de los cerdos. Era imprescindible que hiciera mucho frío para que las carnes de los cerdos sacrificados, abiertos en canal y colgados al sereno se helaran. Ya son poquísimos los marranos que se sacrifican en Mecina Bombarón y en otras zonas. El lomo, las costillas y una parte de las morcillas se freían en aceite y se dejaban enfriar. Después se guardaban en orzas provistas de abundante aceite de oliva para consumirlas durante todo el año.
Fuente ideal.es
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