Maribel Martín Pelegrina, nacida en Mecina Bombarón (Granada) y autora de «Dormir sobre Cristales»

La primera obra de la prometedora escritora granadina Maribel Martín Pelegrina se presenta mañana en la ciudad nazarí

Su infancia, como la de otros españoles de su generación, estuvo marcada por la emigración, además, de por la temprana muerte de su madre. Ese latente episodio, junto con la partida de la figura paterna a Alemania, imprimieron de carácter la existencia de Maribel Martín Pelegrina, nacida en Mecina Bombarón (Granada) y autora de «Dormir sobre Cristales», su primera y emotiva obra literaria cuyo origen lo encontramos en ambos episodios de la vida de esta alpujarreña: «Dormir sobre cristales es una descarga emocional y, la intensidad, su ingrediente más significativo. La rabia, el ímpetu, el arrojo, como en una receta novísima, se trasformaron, en su momento, en la base estimulante y nutritiva de mi ficción. Inventar historias es engendrar otras vidas, parir quimeras y, a veces, demoler la desdicha, si la hay».

«’Dormir sobre cristales’ es una descarga emocional»

La autora pone el acento en la ficción, ya que a pesar de ser una obra nacida de vivencias personales, «no son historias biográficas», como ella misma nos revela: «Sin embargo, son auténticas, las emociones que las envuelven. En mis relatos el flujo de la conciencia emerge a borbotones. Quise recobrar ese monólogo interior y lanzarlo como una erupción volcánica. Lo subrayó en su día José Luis Sampedro: contar, es excavar en uno mismo. Yo revuelvo mi interior y, si es necesario, monto dentro la gran polvareda. Luego de escribirla, me sereno».

Un sueño hecho realidad
Maribel, diplomada en magisterio, logopeda y educadora infantil, comenzó a escribir hace quince años desde la soledad de su casa y, década y media después, parte de ese trabajo, liberado en silencio, ha visto la luz: «Una hoja de papel en blanco -idea traducida hoy a pantalla de ordenador- es un salto al vacío cuyo fondo sin fondo, llegó a mí como un viejo anhelo que llevaba barajando desde hace numerosos años. La escritura exige reflexión. Y esa abstracción, a veces, sólo a veces, puede desvanecer la confusión mental. En mi caso era una cita forzosa. Darse a la escritura es armarse de paciencia y comprometerse con uno mismo o embadurnarse con tu propia realidad. Es tirar de la memoria, hermosearla y, si es necesario, inventarla o reinventarla».

El amor, la muerte o el erotismo tienen cabida en «Dormir sobre cristales»

«Dormir sobre Cristales» son una veintena de textos de prosa poética donde hay espacio para todas aquellas inquietudes que avivan el día a día del alma humana: «Hablar de la muerte, por ejemplo, me alivió del miedo y de la repulsión que siento ante esa cita obligada. En mis historias eróticas hay un modelo de soledad amarga y algo de renuncia al mundo por mi parte. Una sensualidad, cuyo áspero abrazo, me resta confianza. Si escribo de amor, no me refiero a cómo vivo ese afecto sino, a cómo lo imagino. Es bastante más lírico y menos delusorio. Si hablo de desamor, me hace creer que la decepción parezca un juego pasajero».
El libro, de Ediciones Dauro, se trata de todo «un tour de force» en el que el objetivo primordial es canalizar lo negativo que rodea la existencia humana y convertirlo en impulso creador de vitalidad y optimismo. «Dormir sobre Cristales» asoma desde hoy por los escaparates de las librerías con la pujanza y las ganas de la sabia nueva y el talento de esta escritora granadina: «Es un libro breve pero convulso y creo firmemente, que lo invade la fuerza» sentencia la autora.