Yegen, jardín de montaña… Exposición de Pedro Garciarias
La Sala Zaida y la Galería de Servicios Centrales acogen hasta el cinco de noviembre la exposición «Del Mar de la Habana al Jardín de Granada», una muestra pictórica inaugurada este jueves en la que Pedro Garciarias homenajea al poeta cubano José Lezama en el centenario de su nacimiento.
La Sala Zaida reúne las obras relacionadas con el Mar de la Habana, cuadros y objetos, mientras que en la Galería de Servicios Centrales se exponen los cuadros inspirados en el Jardín de Granada, más concretamente de su casa de Yegen. Este pueblo ha atraído a importantes escritores y pintores desde comienzos del siglo pasado como Virginia Wolf, Lytton Stratchey, Carrington y Gerald Brenan; pintores y fotógrafos holandeses y daneses se han dado cita y se han convertido en cronistas de la historia del pequeño pueblo alpujarreño.
Las dos exposiciones son complementarias y paralelas en el tiempo. En la Sala Zaida se exhiben dibujos, pinturas y objetos poéticos relacionados con el agua y diseñados por el propio artista, como restos de naufragios, botellas con mensajes, gafas para ver el mar, poemas náufragos. Y en Servicios Centrales la temática de las 20 obras de gran formato gira en torno a las corolas de las flores. El periodo creativo de todas las obras abarca de 2005 a 2011.
Garciarias utiliza la técnica mixta mezclando acuarela y acrílico. Sobre el paisaje, dice el artista: «ni lo copio, ni lo represento, es el fruto de la mirada, consecuencia de lo visto, debe sentirse, no que se vea, dejarse colorear por el paisaje y traducir a color y dibujo aquello que me permite vivir en él, sea el borde del estanque o el contorno de una corola. Por todo esto el inmenso mar inunda el pequeño estanque y lo desborda.
El contorno, origen del dibujo en la Historia como narra Plinio el Viejo, recorre todos los cuadros. «Comienzo dibujando y luego voy velando con el color, de forma que en el resultado final el color construye.»
El pintor cubano utiliza la técnica china del S XVIII, llamada p’omo-i-pin, que consiste en derramar tinta sobre seda, con la diferencia de que nuestro artista derrama el pigmento sobre papel. «Al ser gestual el proceso hay una unión de fuerza músculo, tendones y huesos que unido a la fluidez del espíritu interior hace sentir ese momento de la invasión del océano sobre el medio», dice Garciarias.
Mi jardín salvaje. En esta exposición el pintor dice no haber copiado ni representado su jardín, sino que lo ha mirado intensamente, lo ha disfrutado, vivido y se ha dejado colorear por el y ahora lo presenta transformado. «No presento un jardín sino lo que me permite estar en él. Me he servido del gesto, dibujo, libre estructura y color y siempre esa línea de horizonte, que cruza todas las pinturas, y que esconde el mar de Poniente», añade Garciarias.
Durante la inauguración este jueves de la exposición el joven guitarrista granadino de origen alemán, Pablo Hecht, ha ofrecido un breve concierto en el que interpretó cuatro obras del guitarrista cubano Leo Brower.
Taller para niños. En la galería de Servicios Centrales el pintor impartirá el día 22 un taller para niños en el que éstos deberán expresar la impresión de los cuadros y exponerla al público. Cuando termine el taller, cada dibujo se colocará al lado del cuadro en la sala de exposiciones para que se vea el resultado. Permanecerán expuestos durante unos días y posteriormente se devolverán a los alumnos.
Fuente: La Opinión de Granada
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